En el afán de ganar mercado,
llega James al Bernabéu. (Foto: cde.3.elcomercio.pe) |
Autor: Gabriel García Galano
Las últimas victorias del Real Madrid en la Liga BBVA, con marcadores de escándalo incluidos, a puesto a soñar nuevamente a los fanáticos merengues, quienes ven claramente en este hecho el repunte de un equipo que no había empezado nada bien.
Las últimas victorias del Real Madrid en la Liga BBVA, con marcadores de escándalo incluidos, a puesto a soñar nuevamente a los fanáticos merengues, quienes ven claramente en este hecho el repunte de un equipo que no había empezado nada bien.
Por primera vez se hizo evidente el peso de una plantilla que al fin explotó toda su potencialidad, bastante opacada por el rendimiento mediocre exhibido en las tres primeras fechas. Cierto es que, para esto, tuvieron que esperar a ser recibidos en Riazor, por un recién ascendido Deportivo que luchará esta temporada por mantenerse en primera y de la mitad hacia arriba de la tabla.
Es entonces cuando uno se pregunta: con una plantilla tan deslumbrante, ¿cómo es que han arrancado tan mal?
Puede que este sea el peor arranque del Madrid en décadas, y sucede por dos cosas fundamentales en mi opinión. Una de ellas es la saturación de estrellas en el equipo, lo que hace recordar los malos momentos que vivieron la segunda generación de galácticos, que no vio más un triunfo rimbombante luego de la final europea de 2002. Lo que me lleva a otra cuestión: los fichajes, y en específico, el de James Rodríguez.
Florentino Pérez ha convertido al Real Madrid en una empresa gigantesca, quizás más grande de lo que jamás ha sido desde los tiempos de Zidane, Figo, Roberto Carlos y Ronaldo. Publicidad millonaria y venta de camisetas parece ser lo que más mueve al Madrid de hoy, incluso por encima del rendimiento deportivo del equipo. Es por eso que, en el afán de ganar mercado, llega James al Bernabéu. ¿Necesidad del fichaje? Para mí, nula o vacía. El hueco que ha dejado la partida de Ángel di María es demasiado grande y el cuadro de la capital española no tiene ningún jugador con las características para sustituirle a cabalidad, y obviamente el joven colombiano no es la solución.
Lo que ha llevado a Carletto Ancelotti a otro asunto: adaptar el equipo a James. Error. El último que llega es quien debe adaptarse al sistema de juego del equipo, o demostrar su incapacidad y salir por la puerta estrecha o consumirse en la banca como le ha pasado a otros buenos jugadores que el club ha traído en su afán publicitario y los ha dejado ir casi o completamente acabados. Lo cierto es que, con lo desembolsado para el fichaje del colombiano, bien podían haber logrado la permanencia del Fideo. Pero imagínense, no era mediático.
Otra cuestión sería la crisis de capitanía que tiene el equipo tras bambalinas, con los medios atacando todo el tiempo a Iker Casillas tras la partida de Diego López y la llegada de Keylor Navas, claro sustituto del capi, pero aún en la banca. El factor psicológico de este tipo de situaciones afecta también el rendimiento de cualquier equipo. Un vestuario fracturado, cuesta caro. En Francia lo saben. Al parecer la directiva está esperando que Casillas de veras la estropee para darle una deshonrosa despedida. Y eso sería olvidar el pasado.
Aspecto destacable resulta que, si Cristiano Ronaldo no está en su día, el equipo se difumina en el campo. El luso parece ser el único capaz de infundirle a los blancos las ganas, el carácter y la voluntad de ir hacia delante, remolcándolos en todo momento. Así que rueguen a Dios no se lesione.
Por otra parte, la casi inoperancia de Benzema sigue alarmando a los parciales madridistas, quienes seguro verán en el Chicharito Hernández la solución al “pequeño” problemita del francés…pero ojo, Chicharito vino para ser suplente y vender camisetas en México. Más harina del mismo costal.
En fin, espero de corazón que este sea el inicio de la estabilidad para el Real Madrid, ya que de lo contrario Florentino y Ancelotti tendrán bastante de lo que lamentarse a lo largo de la temporada, o al menos hasta el mercado de invierno.