Honor a los bibliotecarios

Foto tomada de Radio Rebelde.

Por: Daniela Gómez Herrera

Crecí rodeada de libros. Cuentan los de mi casa que mi abuela me recibió, después del alta médica, libro en mano y dispuesta a leer.

Todos se rieron de ella porque, lógicamente, yo apenas comenzaba a abrir los ojos. Pero ella como siempre, enérgica, les contestó:
- Ella será una lectora empedernida, y no se preocupen, yo misma se lo enseñaré desde chiquita.

Así fue como mi abuela, junto a mi madre, pasaban horas en mi cuna leyendo, libros que eran de papel, y olían riquísimo, y hacían que aquellos barrotes de la cuna fuesen puertas al saber.

Entonces pasaron los años, y se cumplió la profecía de aquel 4 de diciembre. Amo los libros como mismo amo a mi abuela, una bibliotecaria increíble que tuvimos en la familia.

En mis largas conversaciones con ella, me comentaba que se graduó de bibliotecaria en tiempos realmente difíciles, porque ya era entonces madre de dos niños y no vivía, ni por asomo, en el centro de la ciudad.

Pero yo me sentía una reina en aquel lugar, me decía, rodeada de libros, de tinta, de papel: conocimientos. Preparé a tu mamá y a tu tío para que ellos participaran en la exposición que sería mi ejercicio de graduación. Presenté un trabajo muy interesante sobre el fichaje. Y me gradué como quería, con el máximo de puntos.

Yo recuerdo aquel lugar en que ella trabajó y soñó como algo hermoso. Con el tiempo, los jóvenes llegaban corriendo y le decían:
- Maritza, tenemos una tarea de X tema. Mi abuela agarraba su lapicero, casi siempre roto por tanto trajín, lo ponía en función de ayudar y les decía:
- Esperen aquí.
Y se aparecía con los libros más diversos.

Su pasión por los libros, incluso, la llevó luego a administrar la librería municipal. Pero nunca traicionó su alma de bibliotecaria: sabía de qué trataba cada libro que debía vender.

Por eso hay jóvenes que amamos la lectura y nos servimos, de personas como mi abuela, para continuar creciendo. Personas que aman su trabajo, disfrutan de una biblioteca como si se tratase de un día de celebración, de una fiesta. Personas que, como mi abuela, existen en cada rincón de este país.

Ellas merecen una felicitación enorme, porque son un pulmón de lectura en dinámica social.

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YER

1 Comentarios

  1. Felicidades a todos los y las bibliotecarios y a ti muchas gracias por tanto amor

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