Imposible acallar los ecos del Zunzuneo



Diseño: Gilberto González García

Autor: Eduardo González García


El fugaz aletear del “Zunzuneo” dejó ecos que siguen resonando, a pesar de lo mucho que han hecho para tratar de acallarlos los criadores del apócrifo zunzún.


Los autodeclarados paladines de la libertad de prensa se valen de cualquier recurso para tratar de ocultar la verdad, cuando esta les resulta molesta.

Uno de los trucos más socorridos es demorar lo máximo posible las respuestas a preguntas que no pueden evadir, esperando que el tiempo desdibuje las aristas de los hechos, porque pierdan la actualidad mediática.

En el caso del intento de crear en Cuba una red social subversiva, que se ha dado en llamar twitter cubano, la Agenciapara el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés), no ha podido ocultar su invento injerencista, ni el estrépito de la caída de aquel zunzún falsificado.

El recurso utilizado fue la lentitud en aplicar las disposiciones de la Ley de Libertad de Información (Foia, por sus siglas en inglés), arguyendo que el gobierno no tenía copias de los documentos que sirvieron de base para una investigación de The Associated Press (AP), pero se temía que, al pedir a la Usaid que los entregara, se harían públicos más detalles de la conspiración.

La citada ley faculta a ciudadanos norteamericanos o extranjeros para obligar al gobierno a entregar copias de documentos federales, por escaso o ningún costo. Se supone que quien busca información por esta vía la obtiene, a menos que perjudique la seguridad nacional, viole la intimidad o exponga procesos confidenciales de toma de decisiones.

Mark Lopes, un ex alto funcionario de la Usaid, dijo que “El riesgo es que le apliquen la Foia más adelante. La Foia toma seis meses”, y añadió que se piden los documentos, aún con el riesgo de que el público los solicite, porque en seis meses, cuando se responda al pedido, el hecho será noticia vieja, especifica AP, citada por Cubadebate.

“La AP recibió la semana pasada una serie de correos electrónicos que había solicitado hace dos años”, después de informar sobre el llamado Zunzuneo, revela la agencia.

Son mensajes entre funcionarios de Usaid y, a pesar de decenas de frases censuradas “por razones de privacidad de las personas”, muestran que trataban de responder a las revelaciones sobre el tema e intercambiaban sobre el riesgo de que se hicieran públicos nuevos detalles.

Zunzuneo era uno entre varios programas diseñados para influir en la sociedad civil cubana, con la intención de promover “cambios democráticos”. Varios legisladores los calificaron de “temerarios”, “tontos” o “directamente irresponsables”, según AP.

La agencia había denunciado ese pretendido twitter cubano, manejado por el contratista privado Creative Associates Internacional, sobre la base de miles de documentos internos filtrados en 2014. Un informe de la inspección general de gobierno en 2015 consideró que el programa no estaba debidamente supervisado y contenía conflictos de intereses.

Uno de los propósitos de Zunzuneo era reforzar la campaña mediática sobre la supuesta política del Estado cubano dirigida a prohibir o limitar el acceso de la población a Internet, lo cual ha sido claramente desmentido por los hechos.

Siempre las autoridades cubanas han promovido el acceso social a las redes, en la medida de las disponibilidades tecnológicas y económicas, sumamente limitadas por el bloqueo impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos.

Últimamente, a partir de algunas nuevas oportunidades, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) está desarrollando una red inalámbrica wifi, que permite a cualquier persona conectarse a Internet, a través de dispositivos portátiles, tales como móviles inteligentes, laptop o tabletas que tengan la funcionalidad, con el único requisito de obtener una cuenta de acceso Nauta, en cualquier centro multiservicios u oficina comercial de la empresa, si bien aun el precio es alto.

El continuo crecimiento de estas facilidades, y la tendencia a reducir el precio, ponen en ridículo a los promotores de programas subversivos como Zunzuneo.

Las revelaciones de AP contribuyen a demostrar cómo el gobierno norteamericano emplea fondos de los contribuyentes para tratar de subvertir el orden político en Cuba, y no es una práctica del pasado, superada por el proceso de acercamiento entre ambos países, sino una política vigente:

En junio de 2015, el Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes de EE. UU. aprobó un proyecto de ley que permitiría compartir, entre la Fundación Nacional para la Democracia, el Departamento de Estado y la Usaid, unos 30 millones de dólares para promover la democracia en Cuba.




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