Foto: Cubadebate. |
Por Aynelis Sánchez Martínez
La historia del deporte cubano está marcada por hazañas, sacrificios y momentos inolvidables. Entre sus páginas más brillantes destacan los logros de las Morenas del Caribe, como las bautizó el reconocido narrador deportivo René Navarro.
Una de las figuras emblemáticas de esa generación dorada es Tania Ortiz, campeona olímpica en Barcelona 1992 y pieza clave en el equipo femenino de voleibol que conquistó el mundo.
Su talento como pasadora la convirtió en una de las más destacadas de su época, consolidando su nombre entre las grandes del deporte nacional.
Oriunda de Camagüey, Ortiz dejó una huella profunda en la selección cubana. Su impacto trascendió la cancha: representa el espíritu de una generación que elevó el voleibol femenino cubano a la élite internacional.
Hoy, la otrora pasadora de la selección femenina continúa vinculada al deporte como directora de la Escuela Nacional de Voleibol.
En entrevista con Radio Taino, compartió sus impresiones sobre el funcionamiento del centro, los retos actuales de la disciplina y aspectos relevantes de su trayectoria.
Su talento como pasadora la convirtió en una de las más destacadas de su época, consolidando su nombre entre las grandes del deporte nacional.
Oriunda de Camagüey, Ortiz dejó una huella profunda en la selección cubana. Su impacto trascendió la cancha: representa el espíritu de una generación que elevó el voleibol femenino cubano a la élite internacional.
Hoy, la otrora pasadora de la selección femenina continúa vinculada al deporte como directora de la Escuela Nacional de Voleibol.
En entrevista con Radio Taino, compartió sus impresiones sobre el funcionamiento del centro, los retos actuales de la disciplina y aspectos relevantes de su trayectoria.
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