A 49 años del Crimen de Barbados, Jesús Ortiz es memoria viva

Foto: Cubadebate.

Por: Tony Díaz

Primero atleta, después maestro de generaciones de esgrimistas cubanos, la hoy gloria deportiva Jesús Ortiz fue de los últimos en confraternizar y entrenar con varios de los caídos el 6 de octubre de 1976.

Esa luctuosa jornada, hace 49 años, asesinos a sueldo de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos hicieron estallar un avión de cubana de aviación frente a las costas barbadenses.

En el vuelo CU-455 venían 73 personas, entre ellas 24 jóvenes esgrimistas cubanos que regresaban triunfantes del Campeonato Centroamericano y del Caribe en Caracas. También 11 estudiantes guyaneses becados en Cuba, cinco ciudadanos coreanos, varios trabajadores cubanos y la tripulación del avión.

Los recuerdo como hermanos de causa, muchachos llenos de sueños y disciplina. Su alegría era contagiosa, y su entrega, ejemplar.

Fue una herida profunda. Perdí amigos, compañeros de entrenamientos, confidentes. Desde entonces, cada medalla lleva el peso de su ausencia.

Representaban el futuro. Eran prueba de que la Revolución podía formar campeones con valores. Más allá del oro, eran símbolo de unidad y esperanza.

He contado sus historias, compartido sus fotos, hablado de ellos en cada oportunidad que he tenido. No hay olvido posible cuando el corazón guarda tanto respeto.

Es por eso que pido a mis alumnos, a los cubanos que aman la esgrima que no olviden. Que cada entrenamiento sea también un homenaje. Que el sable, la espada y el florete dibujen la memoria de quienes dieron su vida.

También les solicito que honren a nuestros mártires con cada combate, porque cada medalla que ganamos, lleva su nombre.

Su legado vive en cada joven que se viste de blanco y empuña el arma. La esgrima cubana no olvida a sus mártires.

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