Este 4 de julio de 2025, se cumplen 101 años desde que Ramón Fonst participó en sus últimos Juegos Olímpicos, realizados en París 1924. A sus 41 años, el esgrimista cubano regresaba a la ciudad que lo vio coronarse por primera vez.
Fonst había debutado en los Juegos de París 1900, donde obtuvo oro y plata, convirtiéndose en el primer campeón olímpico de América Latina. Su hazaña marcó el inicio del deporte olímpico para Cuba y toda la región.
En 1924, aunque no logró medallas, su presencia fue emblemática. Participó en la modalidad de espada y deslumbró por su resistencia y experiencia, representando con orgullo a Cuba como abanderado nacional.
Más allá de los resultados, su figura encarnaba el espíritu de la esgrima y el compromiso olímpico. Compitió contra atletas jóvenes, demostrando que el temple y la técnica pueden trascender generaciones.
Tras los Juegos, Fonst continuó cosechando éxitos regionales. En los Centroamericanos de 1926 ganó tres oros individuales y uno por equipos. Su carrera se extendió hasta los 55 años, dejando huellas imborrables.
El esgrimista cubano acumuló más de 125 medallas y fue condecorado con la Legión de Honor francesa y otros reconocimientos internacionales.
Fonst falleció en 1959 en La Habana, desde entonces ha sido recordado como pionero y símbolo de excelencia. Torneos y eventos deportivos aún llevan su nombre con orgullo.
En este aniversario 101, Ramón Fonst sigue inspirando a deportistas cubanos y latinoamericanos. Su último combate olímpico no fue una despedida, sino el reflejo de una carrera que cambió la historia del deporte.
En 1924, aunque no logró medallas, su presencia fue emblemática. Participó en la modalidad de espada y deslumbró por su resistencia y experiencia, representando con orgullo a Cuba como abanderado nacional.
Más allá de los resultados, su figura encarnaba el espíritu de la esgrima y el compromiso olímpico. Compitió contra atletas jóvenes, demostrando que el temple y la técnica pueden trascender generaciones.
Tras los Juegos, Fonst continuó cosechando éxitos regionales. En los Centroamericanos de 1926 ganó tres oros individuales y uno por equipos. Su carrera se extendió hasta los 55 años, dejando huellas imborrables.
El esgrimista cubano acumuló más de 125 medallas y fue condecorado con la Legión de Honor francesa y otros reconocimientos internacionales.
Fonst falleció en 1959 en La Habana, desde entonces ha sido recordado como pionero y símbolo de excelencia. Torneos y eventos deportivos aún llevan su nombre con orgullo.
En este aniversario 101, Ramón Fonst sigue inspirando a deportistas cubanos y latinoamericanos. Su último combate olímpico no fue una despedida, sino el reflejo de una carrera que cambió la historia del deporte.
Revisar
deportes