Algunos intentaron no dejarnos bailar la samba

Brasil acogió con éxito la cita olímpica en 2016. Foto: Cubadebate.

Por: Víctor Joaquín Ortega

Por segunda vez un país de la América de Bolívar y Martí iba a ser escenario de los Juegos Olímpicos. Desde Ciudad de México 1968 no ocurría. En el horizonte Río de Janeiro 2016.

Mas, nubarrones, con amenazas de tormenta, van y vienen desde el principio, crecen a mediados del inicio y hasta en el borde del comienzo. Hay gentuza interesada en birlar la sede a los brasileños.

No se asombre. La nación de los aztecas sufrió no pocos ataques, los esenciales iban contra la altura. ¿Y cuándo hay que batirse en un territorio muy frío, en otro donde lo bélico o decenas de batallas antisociales, entre corruptos, lo hacen peligroso?

Pues contra la ciudad de América del Sur llovieron censuras exageradas en relación con fallas que podían ser superadas sin tanto lío. Inventos. falacias. descaro. La amarillez de los periódicos en acción. La radio, la televisión, las redes sociales en la misma cuerda. Derechazos manifiestos de quienes ven, en gran medida, a Nuestra América como un tropel de nativos con taparrabos. Hasta sin estos.

En las raíces de tal perversidad, arrebatarle al pueblo hermano el escenario de la fiesta rescatada por Coubertin. Ya es más que insinuación. proveniente de territorios europeos en primer sitio, cuando dicen que Londres es dueña de posibilidades para albergar de nuevo, como hace cuatro años, a las competencias deportivas trascendentales del universo. No excluyan a Don Dinero de esos ataques. Añado: detrás del castigo al deporte ruso, lacerador de todo su pueblo, vibran los intereses políticos.

Para suerte de la humanidad, los bandidos fracasaron en sus propósitos de entonces. Río de Janeiro albergó el certamen en 2016 y se convirtió en la primera nación sudamericana de tener ese honor en la historia del olimpismo y la segunda de América Latina. A ritmo de samba resultó un digno teatro.

Por cierto: debemos estar muy atentos a suciedades de esa clase. En París 2024 nos espera una: el Comité Olímpico Internacional ha tergiversado, como casi siempre con su posición no política inclinada a la derecha, una noble idea oficializada en Río: la categoría de refugiados. Es decir, el apoyo a la participación de competidores que no pueden representar a su patria porque un desgobierno los persigue allí o se han establecido en diversas regiones por temor a las guerras u otras situaciones semejantes,

A dos personas de origen cubano se les ha dado esa calificación para que así participen, cuando emigraron de su país en busca de mayores posibilidades económicas, a lo que tienen derecho.

Pero hay una gran mentira en todo esto. Aquí jamás se les acosó o amenazó, tampoco corrían peligro. Es más: en Cuba les facilitaron llegar dónde llegaron en lo agonal de manera gratuita: en la más grande isla del Caribe, la educación, la salud y el deporte son un derecho del pueblo, Lo seguirá siendo a pesar del bloqueo venido desde lo peor de Estados Unidos, aunque no negamos insuficiencias propias contra las que luchamos a diario.

La patria de José Martí ha sido ofendida con la decisión de encasillar como refugiados a esos dos ciudadanos.

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