El argentino Alberto Zorrilla fue el primer latinoamericano campeón olímpico de natación. Conquistó el título en París 1924. Foto: Nataar.com.
Por: Víctor Joaquín Ortega
Te quedaste debiendo tu luz a la Ciudad Luz, pero te batiste con la crema de la natación. Tienes la oportunidad del desquite en Ámsterdam 1928. Será difícil. Aquí están Borg, Charlton, Crabbe.
Esto no es el baile de salón donde actúa también; es la final de los 400 estilo libre. En el agua. Y a nadar. A los 300 metros, al frente el australiano Andrew Charlton y el sueco Arne Borg. Se acerca el estadounidense Clarence Crabbe.
En eso, el gaucho desplaza al de Norteamérica. Va en busca del dúo delantero Ellos andan fajados entre sí y no perciben la nueva amenaza. Borg deja atrás a su enconado rival. Por un costado viene el latinoamericano. ¡Vence a todos! Y de qué manera: con 5:01.6 minutos mejoró la marca del clásico y es el primer nadador latinoamericano que conquista un título olímpico en natación. Luego, en la modalidad de los 800, finaliza sexto.
Los Ángeles 1932 es el abanderado de su patria. Disgustado por el débil apoyo del gobierno de su país a la representación, se va del certamen sin competir. Con posterioridad, dice adiós al deporte, reside en Nueva York y se nacionaliza estadounidense. Todo un negociante, es menos amante del tango, pierde musculatura, le crece el dinero y la barriga. Nacido en Buenos Aires el 6 de abril de 1906, falleció en Miami el 23 de abril de 1986.
Este maestro tan pobre, se atreve en el maratón, el bandoneón trae el ritmo de Zabala, el corredor. Ahorrando al máximo, Juan Catos Zabala, maestro de pocos recursos, ha podido sufragar algunos gastos para competir en Los Ángeles 1932 en la mayor distancia del atletismo. Eso significa que ni aquí se salvó de pasar trabajo.
Huérfano desde niño, carente de un verdadero calor familiar, fue criado en el reformatorio Marcos Paz. El rosarino, nacido el 11 de octubre de 1911, ha levantado, mas los bolsillos continúan exhaustos.
Los entendidos le han puesto el cartelito de favoritos a varios contrarios de Juan Carlos. Ya salió la tropa maratonista. Verán de qué forma el soslayado le arranca aquel sello a quienes les pusieron la aureola. Primeros kilómetros: está al frente. Muchos opinan así: Ese se explota…Ya lo absorbe el pelotón. Como si aprobaran dichos pensamientos. Se adelantan los finlandeses Armas Toivonen y Lauri Virtanen y el japonés Selichiro Tsuda. El sudamericano alza el ritmo. Virtanen se adelantó demasiado: abandona. Su coterráneo encabeza la lidia, aunque el gaucho no se aleja.
Amenazan el británico Sam Ferris y Duncan Wrigth, de Escocia. Esta osa ponerse a la vanguardia tres kilómetros después de la retirada de Virtanen. Lo paga caro: sus fuerzas merman considerablemente cuando faltan cinco kilómetros para el arribo triunfal. Aprovecha Juan Carlos. Encabeza. Trata Ferris de alcanzarlo.
Imposible. Juan Carlos Zabala pese a desmayarse después de cruzar la meta, se convierte en el primer latinoamericano que se impone en el atletismo olímpico y nada menos en el maratón. Tiempo: 2 horas, 36 minutos y 36 segundos. Plata y bronce para Ferris y Toivonen con 2:31.:55 y 2. 32:12.
El as de los 42 kilómetros y 195 metros de los X Juegos Olímpicos compitió en Berlín 1936, donde fue el abanderado de su patria. No pudo siquiera llegar a la meta. Ya no poseía las mismas condiciones. Hay que saber retirarse a tiempo, sea cual sea la disciplina practicada.
Esto no es el baile de salón donde actúa también; es la final de los 400 estilo libre. En el agua. Y a nadar. A los 300 metros, al frente el australiano Andrew Charlton y el sueco Arne Borg. Se acerca el estadounidense Clarence Crabbe.
En eso, el gaucho desplaza al de Norteamérica. Va en busca del dúo delantero Ellos andan fajados entre sí y no perciben la nueva amenaza. Borg deja atrás a su enconado rival. Por un costado viene el latinoamericano. ¡Vence a todos! Y de qué manera: con 5:01.6 minutos mejoró la marca del clásico y es el primer nadador latinoamericano que conquista un título olímpico en natación. Luego, en la modalidad de los 800, finaliza sexto.
Los Ángeles 1932 es el abanderado de su patria. Disgustado por el débil apoyo del gobierno de su país a la representación, se va del certamen sin competir. Con posterioridad, dice adiós al deporte, reside en Nueva York y se nacionaliza estadounidense. Todo un negociante, es menos amante del tango, pierde musculatura, le crece el dinero y la barriga. Nacido en Buenos Aires el 6 de abril de 1906, falleció en Miami el 23 de abril de 1986.
Este maestro tan pobre, se atreve en el maratón, el bandoneón trae el ritmo de Zabala, el corredor. Ahorrando al máximo, Juan Catos Zabala, maestro de pocos recursos, ha podido sufragar algunos gastos para competir en Los Ángeles 1932 en la mayor distancia del atletismo. Eso significa que ni aquí se salvó de pasar trabajo.
Huérfano desde niño, carente de un verdadero calor familiar, fue criado en el reformatorio Marcos Paz. El rosarino, nacido el 11 de octubre de 1911, ha levantado, mas los bolsillos continúan exhaustos.
Los entendidos le han puesto el cartelito de favoritos a varios contrarios de Juan Carlos. Ya salió la tropa maratonista. Verán de qué forma el soslayado le arranca aquel sello a quienes les pusieron la aureola. Primeros kilómetros: está al frente. Muchos opinan así: Ese se explota…Ya lo absorbe el pelotón. Como si aprobaran dichos pensamientos. Se adelantan los finlandeses Armas Toivonen y Lauri Virtanen y el japonés Selichiro Tsuda. El sudamericano alza el ritmo. Virtanen se adelantó demasiado: abandona. Su coterráneo encabeza la lidia, aunque el gaucho no se aleja.
Amenazan el británico Sam Ferris y Duncan Wrigth, de Escocia. Esta osa ponerse a la vanguardia tres kilómetros después de la retirada de Virtanen. Lo paga caro: sus fuerzas merman considerablemente cuando faltan cinco kilómetros para el arribo triunfal. Aprovecha Juan Carlos. Encabeza. Trata Ferris de alcanzarlo.
Imposible. Juan Carlos Zabala pese a desmayarse después de cruzar la meta, se convierte en el primer latinoamericano que se impone en el atletismo olímpico y nada menos en el maratón. Tiempo: 2 horas, 36 minutos y 36 segundos. Plata y bronce para Ferris y Toivonen con 2:31.:55 y 2. 32:12.
El as de los 42 kilómetros y 195 metros de los X Juegos Olímpicos compitió en Berlín 1936, donde fue el abanderado de su patria. No pudo siquiera llegar a la meta. Ya no poseía las mismas condiciones. Hay que saber retirarse a tiempo, sea cual sea la disciplina practicada.
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