Otra burla a Coubertin desde el olimpismo

Foto: EFE.

Por Víctor Joaquín Ortega


El Comité Olímpico Internacional (COI) abraza una nueva discriminación: prohíbe a los atletas rusos y bielorrusos invitados, aunque con limitaciones impuestas, la participación en el desfile inaugural de París 2024.

Una hermosa apertura que navegará por el Sena afeada por otra nueva burla al rescatador de la gran fiesta: el francés Pierre de Coubertin. Dicha decisión es política y parte de una ideología que se pone al lado de lo peor de nuestro planeta náufrago, donde el resurgimiento del fascismo avanza mucho más allá de la amenaza.

La sanción anterior y más dura aplicada especialmente a los deportistas de Rusia, por gran parte del movimiento deportivo. también lo es, disfrazada de la lucha contra el dopaje.

Es necesario desenmascarar el error antihumano de no tomar partido ante los hechos indignos, incluso los más criminales, de no dar cabida a la política, de la neutralidad, esgrimido por ese organismo desde su surgimiento. Lo peor: es una mentira. La sede dada a Berlín en 1936- los hitlerianos en el poder -significa una de las manchas más terribles e imborrables de ese Comité. Escribiré especialmente sobre el tema en próximas ediciones. Por lo pronto, afirmo que fueron los nazis los que llenaron de política, de la más sucia en contenido y forma, a la magna cita.

El organismo ha vulnerado ese concepto en la práctica de acuerdo a sus conveniencias porque pocas gentes del pueblo forman parte de su jefatura y, cuando alguien tiene una actitud digna, con frecuencia no es apoyado por el clan de su propio país, puede ser sustituido y el proceso recibe el visto bueno del COI que suele separarlo de la institución.

Le pasó al presidente del Comité Olímpico de Estados Unidos, Lee Jahncke, opuesto a que la capital germana albergara y, claro, los nazis usaran a su favor los XI Juegos, Su puesto fue ocupado por Avery Brundage, negociante poderoso con mentalidad muy reaccionaria, quien por desgracia llegó a ser después el máximo jefe del Comité Olímpico Internacional, donde alimentó la maldad.

Hay muestras de qué manera mezclaron la política con el olimpismo y se desdijeron desde sus inicios al permitir, no sancionar y aun reír las gracias a la discriminación racial y en contra de los participantes del llamado tercer mundo, venida de diversos funcionarios , organizadores y hasta jueces en los II Juegos París 1900 y en la orgía de San Luis 1904.

La antideportividad llena de trampas de la sede en Londres 1908; el despojo de sus galardones al maravilloso Jim Thorpe en Estocolmo 1912; en Amberes 1920 no invitaron a Alemania, Austria, Bulgaria, Hungría y Turquía acusados de ser los agresores, aprovechando que fueron los derrotados, como si los deportistas fueran los culpables de la primera guerra mundial que intentaba un nuevo reparto del planeta. ¿Acaso las restantes potencias eran un nido de ángeles?

En París 1924, a pesar de la demasiada improvisación y el débil reconocimiento al progenitor del clásico, la calidad y la participación consolidaron el olimpismo. En la Ciudad Luz existió menos oscuridad entre los representantes sudamericanos. En ello pesaba Baillet-Latour, enviado a la región para ayudar a avanzar la cultura física. por Coubertin. Para no pocos del Coi les ira indiferente el quehacer por dicho adelanto. y la mayoría votó en contra, a partir de su visión aristocrática, de la propuesta manifestada por Pierre, en la sesión 19 efectuada durante 1920 en Amberes, de invitar a representantes de las grandes centrales sindicales obreras para participar en un congreso de deportes populares en 1921.

Tampoco les entusiasmaban sus ideas del “deporte para todos” con hincapié en llevar “el placer muscular productor de alegría, de energía, de calma y de pureza, al alcance de los más humildes, debe hacerse accesible al adolescente proletario…”.

Lejos de su agrado sus planteamientos en Ámsterdam 1928; “…el olimpismo ha franqueado sin vacilación la guerra mundial, también ha de sobrevivir a las revoluciones sociales. En todo caso nada hay a rechazar en las tendencias corporativas actuales. He visto con alegría a las organizaciones obreras instruirse en el ideal olímpico…”.

Ya desde las palabras: sindicatos, para todos, los más humildes, revoluciones sociales, obreras… la urticaria les invadió la piel. Más bien el alma. Crecía la etapa soviética: les molestaba todavía más. La comercialización excesiva ha conducido al triunfo de Don Dinero en la esfera: está en el meollo del robo de músculos, el dopaje, el chantaje con plata por las sedes, la compra de jueces, la entrega de partidos y otros escándalos. En la esencia de la política vibra lo económico.

Finalizó estas líneas con dos preguntas. Primera: ¿por qué las autoridades del COI no actuaron con la misma presteza ante la presencia de Sudáfrica, con la que enfrentaron el motín de los campeones: Tommie Smith y John Carlos protestando en el estrado de premiación de los 200 metros en México1968, con expulsión del certamen incluida. Segunda: ¿Gozará la delegación de Israel de la ceremonia de apertura en París 2024?

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