Carlos
Pimentel, artista de la plástica. Foto: Del autor
Por: Leonel José Pérez Peña
Todos los pueblos tienen sus signos y símbolos, con los que se distinguen del resto de las comunidades por su cultura y costumbres. El municipio La Lisa tiene entre sus ricas tradiciones una que nace de las entrañas de la tierra: la alfarería, oficio que surge paralelo al desarrollo de la agroindustria azucarera, hace ya más de 180 años.
El Cano fue fundado el 10 de septiembre de 1723, y pocos años después se inicia en estas fértiles tierras el cultivo de la caña de azúcar. Por la abundancia del barro de alta calidad existente en la zona nació el porrón, tan empleado por los mecheros y carreteros para almacenar y porta agua en las duras faenas del corte y tiro de caña.
Con el tiempo devino símbolo de un pueblo que comenzó a formarse desde el corral y los hatos de la ganadería. El porrón es parte del escudo de La Lisa, en su interior hay una alegoría al puente, al paisaje campesino, a la moderna industria y al desarrollo científico.
Carlos
Pimentel, artista de la plástica, es uno de los herederos de esa rica tradición
cultural. Fiel a sus ancestros, preserva en el arte de la alfarería en las nuevas generaciones. En el
siguiente video se refiere a las acciones que se realizan por preservar la
alfarería: