Imagen tomada de Cubadebate |
Por: Abel Rosales Ginarte
Concluyó la XXXII edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana y nos deja el regalo imprescindible de la palabra pensada para trascender, atrapar memorias y pasiones humanas.
Dedicada a Brasil nuestra feria continua su peregrinar por las regiones del paÃs con la intención de que el arte de la palabra llegué a las comunidades. Hemos vivido una feria distinta, especialmente en el Pabellón Cuba de la barriada del Vedado, donde sesionó la feria de la capital.
SerÃa injusto no destacar la entrega de las autoridades que organizaron un evento en condiciones económicas difÃciles. Entre lo más positivo sobresale la propuesta de libros digitales y lo menos, la poca asistencia del público.
En tiempos de limitaciones se impone la creatividad y la inteligencia para atraer a todos los públicos. Los municipios de La Habana se llenarán de libros, de historias, de fiestas y de escritores en los siguientes dÃas. Será una feria para recordar desde los barrios.
"Siempre he tenido en mi mente y en mi corazón la palpitación, la vibración de la poesÃa", dijo el Premio Nacional de Literatura, Miguel Barnet, después de conocer que su libro de poemas inéditos Consejos para no acatar, de Ediciones La Luz, mereció el Gran Premio del Lector 2023.
"¡Qué peligro vivir sin poesÃa, qué riesgo! Este es un triunfo de la poesÃa", exclamó el gran escritor habanero en un acto de sinceridad absoluta. Sus palabras invitan a la reflexión necesaria, la del espÃritu y la razón.
Hace falta la feria del libro, reconocer el auténtico arte de miles de cubanos y sus aportes literarios es también una forma de mirarnos por dentro, de reconocernos como somos.
Concluyó la feria del libro en la capital y comienza su gran viaje, un camino hacia las fuentes de lo popular, lo que nos engrandece como nación.
AMC