Foto: ICL.
Por Abel Rosales Ginarte
A su autor lo conocí muchos años después. El caricaturista, realizador de dibujos animados, ilustrador, historietista, guionista y conductor de programas de la televisión Jorge Oliver, que murió este 18 de septiembre en La Habana, se parece al capitán. Sus ocurrencias nos hicieron reír varias veces.
Lo observaba con los mismos ojos del adolescente que descubrió a un capitán lleno de sueños, con apasionado sentido de la justicia y, sobre todo, siempre dispuesto a luchar por su isla. Plin, así se llama este líder, aparece en cortos de cine y en varios libros que surgieron del ingenio de Oliver.
Existe un universo creado por Jorge que ha quedado para la historia de Cuba. Acercarnos a su vida nos demostró el valor de mirar siempre a las raíces para conectar con el público, especialmente un público tan sensible como el de los niños y adolescentes.
Auténtico y conversador, Jorge Oliver, lleva el signo de los seres especiales que nacen para fundar y permanecer en las voces de generaciones de cubanos. “El viejo”, como le decían cariñosamente, enseñó a generaciones de artistas, colaboró con ellos y entendió que los sueños son posibles desde esta isla.
La Habana despide a un hijo, Cuba acoge con amor a un artista en sus memorias y los niños cubanos agradecen su arte repleto de las memorias del capitán Plin. Hasta siempre Oliver.
Lo observaba con los mismos ojos del adolescente que descubrió a un capitán lleno de sueños, con apasionado sentido de la justicia y, sobre todo, siempre dispuesto a luchar por su isla. Plin, así se llama este líder, aparece en cortos de cine y en varios libros que surgieron del ingenio de Oliver.
Existe un universo creado por Jorge que ha quedado para la historia de Cuba. Acercarnos a su vida nos demostró el valor de mirar siempre a las raíces para conectar con el público, especialmente un público tan sensible como el de los niños y adolescentes.
Auténtico y conversador, Jorge Oliver, lleva el signo de los seres especiales que nacen para fundar y permanecer en las voces de generaciones de cubanos. “El viejo”, como le decían cariñosamente, enseñó a generaciones de artistas, colaboró con ellos y entendió que los sueños son posibles desde esta isla.
La Habana despide a un hijo, Cuba acoge con amor a un artista en sus memorias y los niños cubanos agradecen su arte repleto de las memorias del capitán Plin. Hasta siempre Oliver.
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