El tiempo de Fidel

Foto: Cubadebate.

Por: Abel Rosales Ginarte


Los guerreros escogen para nacer sitios únicos de la geografía mundial. Cuentan que en la madrugada del 13 de agosto de 1926 el primer llanto de un bebé estremeció la casa familiar. Afuera, el rumor del amanecer se adelanta en el regocijo del gallego Ángel Castro. Le ha nacido otro varón.

El viento que susurra historias a los pinares de los alrededores de la localidad de Birán, en la actual provincia cubana de Holguín, oriente de Cuba, celebra la vida nueva.

Desde aquellos días Fidel Alejandro ya tenía esa mirada que lo atraviesa todo a su paso. En septiembre de 1930 el pequeño estaba sentado en primera fila en uno de los pupitres de hierro y madera de la Escuela Rural Mixta No.15 de Birán. Dentro de esa construcción de techo de zinc y paredes de madera aprendió a distinguir el escudo de la nación y las fotos de grandes patriotas cubanos como José Martí, Antonio Maceo, Calixto García, entre otros.

Creció en el bullicio del batey, mezclándose con todos y con la madre naturaleza que en esa zona de Cuba posee un mágico esplendor. El 3 de juio de 1932, día del primer aniversario de su hermano Raúl, Fidel se gradúa de primer grado y para entonces recitaba versos de Martí. Tal como crecían los algarrobos, los naranjos y los cedros en la finca familiar, las energías del niño despierto e inteligente se multiplicaban.

Desde los días de estudios en Santiago de Cuba hasta su llegada a la Universidad de La Habana, Fidel nunca pudo olvidar aquella primera separación de sus padres y de su querida casa de Birán.

El destino le reservaba un sitio único en el mundo. Fidel Alejandro Castro Ruz encarnó las utopías, los sueños de independencia de los grandes próceres que conoció en los cuadros de la escuelita rural. Su extraordinario liderazgo lo convirtió en el cubano unificador de un pueblo que el primero de enero de 1959 estableció una revolución de vanguardia en el continente.

Los grandes guerreros escogen para nacer sitios únicos de la geografía mundial. En el oriente de Cuba vino al mundo el nuestro. Fidel Castro escribió con letras gigantes el nombre de esta isla y dibujó con la paciencia de los grandes maestros el destino de la nación. Sobre sus hombros la fuerza nueva del país.

Vivimos el tiempo de Fidel. Casi un siglo después el mismo regocijo que estremeció a su padre Ángel Castro el 13 de agosto de 1926 con su nacimiento, nos sigue acompañando.

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