Foto: Cubadebate/Montaje Radio COCO. |
Por: Aynelis Sánchez Martínez
La historia del béisbol en Cuba está llena de anécdotas, curiosidades, coincidencias en hechos. En ocasiones la vida pone a dos estrellas de este deporte a nacer un mismo día, pero en diferentes épocas. Este es el caso del lanzador zurdo Agapito Mayor Valenzuela y el camarero Félix Isasi Mestre.
El primero nació el 18 de agosto de 1915, en Sagua la Grande, Villa Clara, aunque desde muy temprana edad su familia se trasladó hasta Caibarién, otro municipio de la misma provincia.
Desde niño Agapito fue un seguidor del deporte de las bolas y los strikes. A la edad de 12 años jugaba como inicialista en el equipo de Caibarién, hasta que un día el director de dicho elenco lo colocó en el box, comenzó a lanzar duro hacia home y en ese momento se dio cuenta que ahí estaba su posición, la cual le llevó al estrellato y lo reafirmó como uno de los mejores pitcher zurdos de nuestro pasatiempo nacional.
Agapito conocido como el “Zurdo Caibarién” saltó al profesionalismo con el conjunto de los Alacranes de Almendares, debutando en la temporada 1938-1939 y estuvo con los Azules hasta 1953. Durante su paso por el conjunto capitalino trabajó en 309 partidos, de los cuales ganó 68 y perdió 64. Además, alcanzó la corona de los lanzadores, en la campaña 1941-42, por su récord seis triunfos y dos reveses, con promedio de carreras limpias de apenas 1.55, según datos de Habana Radio.
Una de las hazañas de Agapito Mayor que lo llevó a consolidarse como uno de los mejores lanzadores de Cuba fue su actuación en la Primera Serie del Caribe, que tuvo como escenario al imponente Gran Stadium del Cerro, del 20 al 25 de febrero de 1949. El Latinoamericano, como lo conocemos en la actualidad, vio titularse a los Alacranes en esta lid.
En el certamen, Agapito Mayor ganó tres choques y fue elegido además como el Más Valios. Ese número de victorias de un serpentinero, dos triunfos ante Puerto Rico y un éxito ante Panamá, constituye actualmente récord para la celebración anual de estas contiendas.
Luego de su retiro como jugador profesional, Agapito continuó vinculado a su club Almendares como ayudante de dirección y fue artífice de los campeonatos ganados por el elenco en las temporadas de 1953-1954 y 1954-1955. El Zurdo Caibarién pasó los últimos 30 años de su vida en los Estados Unidos, donde murió en 2005, tras sufrir durante un largo tiempo la enfermedad de Alzheimer.
En tanto, Isasi nació en Pueblo Nuevo, ciudad de Matanzas, a escasos 100 metros del Palmar de Junco, el 18 de agosto de 1945. Con apenas 12 años comenzó a jugar béisbol organizado en un club llamado Los Cubanitos, curiosamente ese sería el número que llevaría en su camiseta durante décadas en las Series Nacionales.
El matancero, con solo 17 primaveras, rompió un mito para la época al saltar de juvenil a la categoría de mayores sin jugar la segunda categoría, siendo una de las revelaciones en la quinta temporada beisbolera, efectuada entre 1965 y 1966. En dicha campaña fue el líder de robos con 24, en carreras anotadas con 44 y tercero de los bateadores con average de .310.
En la década de los 60 y 70, Félix en unión con Wilfredo Sánchez y Rigoberto Rosique y conformó la temible tanda matancera bautizada por Bobby Salamanca como “Los tres mosqueteros”. El trío se recuerda por el excelente tacto y la velocidad que tuvieron en las bases. Isasi siempre se comportó como un bateador oportuno e inteligente que enviaba las conexiones hacia todos los ángulos del terreno.
El 12 de marzo de 1968, Isasi y su hermano Reinaldo protagonizaron un récord para los clásicos nacionales, al robar cada uno cinco almohadillas. Ese hecho ocurrió en un partido entre Matanzas y Pinar del Río, con accionar en el Palmar de Junco. La marca estuvo vigente por 22 años cuando José Estrada, jardinero central de Henequeneros, estafó seis bases frente al conjunto de Citricultores.
Sin dudas, su excelente fildeo y bateo llevaron a Félix Isasi a los registros de la historia del béisbol de la Isla, pero se hizo leyenda con su jugada de la bola escondida la cual utilizó como salvadora de sus equipos en varias ocasiones en las Series Nacionales.
Esta jugada también la realizó con la selección de Cuba en torneos foráneos, sobre todo en el juego inolvidable contra Estados Unidos, en el XVIII Campeonato Mundial Amateur de 1970, con sede en Cartagena y Barranquilla, Colombia, donde la selección antillana se proclamó campeona.
En 1981, Félix anunció su retiro oficial de los terrenos de béisbol, luego de integrar la selección nacional por casi una década y defender por 18 temporadas en los conjuntos de Occidentales, Henequeneros, Centrales y Matanzas.
Desde niño Agapito fue un seguidor del deporte de las bolas y los strikes. A la edad de 12 años jugaba como inicialista en el equipo de Caibarién, hasta que un día el director de dicho elenco lo colocó en el box, comenzó a lanzar duro hacia home y en ese momento se dio cuenta que ahí estaba su posición, la cual le llevó al estrellato y lo reafirmó como uno de los mejores pitcher zurdos de nuestro pasatiempo nacional.
Agapito conocido como el “Zurdo Caibarién” saltó al profesionalismo con el conjunto de los Alacranes de Almendares, debutando en la temporada 1938-1939 y estuvo con los Azules hasta 1953. Durante su paso por el conjunto capitalino trabajó en 309 partidos, de los cuales ganó 68 y perdió 64. Además, alcanzó la corona de los lanzadores, en la campaña 1941-42, por su récord seis triunfos y dos reveses, con promedio de carreras limpias de apenas 1.55, según datos de Habana Radio.
Una de las hazañas de Agapito Mayor que lo llevó a consolidarse como uno de los mejores lanzadores de Cuba fue su actuación en la Primera Serie del Caribe, que tuvo como escenario al imponente Gran Stadium del Cerro, del 20 al 25 de febrero de 1949. El Latinoamericano, como lo conocemos en la actualidad, vio titularse a los Alacranes en esta lid.
En el certamen, Agapito Mayor ganó tres choques y fue elegido además como el Más Valios. Ese número de victorias de un serpentinero, dos triunfos ante Puerto Rico y un éxito ante Panamá, constituye actualmente récord para la celebración anual de estas contiendas.
Luego de su retiro como jugador profesional, Agapito continuó vinculado a su club Almendares como ayudante de dirección y fue artífice de los campeonatos ganados por el elenco en las temporadas de 1953-1954 y 1954-1955. El Zurdo Caibarién pasó los últimos 30 años de su vida en los Estados Unidos, donde murió en 2005, tras sufrir durante un largo tiempo la enfermedad de Alzheimer.
En tanto, Isasi nació en Pueblo Nuevo, ciudad de Matanzas, a escasos 100 metros del Palmar de Junco, el 18 de agosto de 1945. Con apenas 12 años comenzó a jugar béisbol organizado en un club llamado Los Cubanitos, curiosamente ese sería el número que llevaría en su camiseta durante décadas en las Series Nacionales.
El matancero, con solo 17 primaveras, rompió un mito para la época al saltar de juvenil a la categoría de mayores sin jugar la segunda categoría, siendo una de las revelaciones en la quinta temporada beisbolera, efectuada entre 1965 y 1966. En dicha campaña fue el líder de robos con 24, en carreras anotadas con 44 y tercero de los bateadores con average de .310.
En la década de los 60 y 70, Félix en unión con Wilfredo Sánchez y Rigoberto Rosique y conformó la temible tanda matancera bautizada por Bobby Salamanca como “Los tres mosqueteros”. El trío se recuerda por el excelente tacto y la velocidad que tuvieron en las bases. Isasi siempre se comportó como un bateador oportuno e inteligente que enviaba las conexiones hacia todos los ángulos del terreno.
El 12 de marzo de 1968, Isasi y su hermano Reinaldo protagonizaron un récord para los clásicos nacionales, al robar cada uno cinco almohadillas. Ese hecho ocurrió en un partido entre Matanzas y Pinar del Río, con accionar en el Palmar de Junco. La marca estuvo vigente por 22 años cuando José Estrada, jardinero central de Henequeneros, estafó seis bases frente al conjunto de Citricultores.
Sin dudas, su excelente fildeo y bateo llevaron a Félix Isasi a los registros de la historia del béisbol de la Isla, pero se hizo leyenda con su jugada de la bola escondida la cual utilizó como salvadora de sus equipos en varias ocasiones en las Series Nacionales.
Esta jugada también la realizó con la selección de Cuba en torneos foráneos, sobre todo en el juego inolvidable contra Estados Unidos, en el XVIII Campeonato Mundial Amateur de 1970, con sede en Cartagena y Barranquilla, Colombia, donde la selección antillana se proclamó campeona.
En 1981, Félix anunció su retiro oficial de los terrenos de béisbol, luego de integrar la selección nacional por casi una década y defender por 18 temporadas en los conjuntos de Occidentales, Henequeneros, Centrales y Matanzas.
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