Ciudad en foco: La madera en la etapa colonial y neocolonial cubana (I)

Diseño: Alejandro Castro Acosta/Radio COCO


 “(...) Cierto es que el tiempo confiere a las creaciones artísticas el encanto de las antigüedades; pero en cuanto a la arquitectura en madera los años actúan como una fuerza enemiga sobre los testimonios del gusto y la fantasía de los carpinteros, que con habilidad de su oficio supieron construir y adornar esas muestras arquitectónicas repartiendo funcionalidad y belleza sin límites para aportarnos, además una fuente viva con que desarrollar la arquitectura moderna”. Arq. Ramón Cotarelo Crego

Por: Leydis Luisa Mitjans

El uso de la madera es casi inherente a la evolución de la especie humana. En el área constructiva, desde que el hombre “entendió” la necesidad de un lugar para el resguardo y “descubrió” las posibilidades y las riquezas de ese material que le ofrecía la naturaleza, la empleó en diferentes obras, estilos y propósitos, hasta alcanzar dimensiones que hoy calificamos de extraordinarias. 

Sin el boom que en un período histórico mostró la región de América Latina y el Caribe en relación al uso de la madera en la construcción de edificaciones destacadas desde el prisma arquitectónico, el empleo de este material disfrutó de un ciclo de auge significativo en Cuba, que algunos estudiosos ubican a finales del siglo XIX y hasta la primera mitad del XX. En el oriente del país, por ejemplo, no solo surgen edificaciones de madera en centros urbanos de ciudades importantes, sino que pueblos enteros se fundaron gracias a ella. 

El arquitecto cubano Ramón Cotarelo Crego, en un escrito publicado en la revista española Aitim, refiere elementos que hoy es posible reconocer en edificios patrimoniales ya restaurados, o que han sobrevivido al paso del tiempo, entre los que destacan puertas de entrada, puertas de interior, ventanas, rejas, escaleras y barandas.

El Palacio de la Artesanía. Foto: Cuba Explore

De igual manera, en la investigación Maderas que fueron usadas en la construcción de edificaciones coloniales del centro histórico de la Habana Vieja, de las autoras Alina Cuza Pérez; Raquel Carreras Rivery e Hildelisa Saralegui Boza se exponen “los resultados obtenidos en el estudio de ocho edificaciones históricas y la calle de madera (siglos XVI-XIX) y se discuten con los resultados precedentes para otras edificaciones de la misma época, a fin de dar una visión general de las maderas utilizadas en elementos constructivos”.   

Las conclusiones del estudio mostraron 11 especies de maderas, en las que Cedrelaodorata y Manilkara valenzuelana fueron las más frecuentes en elementos estructurales, de carpintería y ornamentales; mientras que en letrinas la especie más frecuente fue Hymenaea courbaril. Además, demostraron algo que, si bien a priori parece lógico, se desestima en muchas ocasiones: La madera empleada en los distintos elementos constructivos de las edificaciones muestreadas experimenta una variación de acuerdo con la época de construcción y el uso al que fueron destinadas.

También destaca la creatividad de los carpinteros de la época, quienes las adaptaban a los recursos disponibles para entonces, con un carácter estético notable. 

“Con tablones duros y blandos, se decoraron los techos habaneros, retocaron las grandes puertas de las casas coloniales, remataron las jambas o sostenes de ventanales y diseñaron curiosos mata juntas. Lo dice el restaurante de comida árabe “Al Medina”, en la calle Oficios 12 y el edificio ubicado en Tacón 12, actualmente Museo de Arqueología”, relata la autora Rosa María Fernández en el texto Al que se le permitió quedarse.
LLHM

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