Foto: Jit.
Por Redacción Digital
No menos que espectacular fue el regreso de los Halcones para destronar al campeón vigente, Ciego de Ávila, y ganar el derecho a disputar la final, pues comenzaron el cruce perdiendo los dos primeros encuentros como visitantes en la sala Giraldo Córdova Cardín avileña.
Sin embargo, luego que los Búfalos los pusieran contra la pared, los indómitos lograron reponerse y vencieron en los tres choques escenificados en la polivalente Alejandro Urgellés, todos con marcadores bastante cerrados.
Guiados por el incombustible Esteban Martínez, los santiagueros hicieron caso omiso de la maestría de los avileños, que ya sin Joan Luis Haití en cancha, ahora en funciones de entrenador como hizo antes Michael Guerra, no pudieron rematar la faena.
Lástima para esa generación que ya se va extinguiendo, pues todo parece indicar que William Granda y Vanier Reyes dejarán las zapatillas y quedaría como único veterano ilustre para venideras ediciones el base Yasser Rodríguez.
Por eso lo hecho por los indómitos cobra mucho mayor realce, pues ellos querían despedirse por todo lo alto y los Halcones se plantaron bonito para darse a respetar como lo que fueron, el segundo mejor conjunto de la LSB 2023.
Martínez es el único sobreviviente de la última vez que los suyos disputaron una corona, en el ya lejano 2004, y volverá a ser la bujía de los orientales en este tope ante Capitalinos, que se había apuntado con varios días de antelación a la fiesta definitiva.
Haciendo valer su condición de mejor quinteto de la temporada, los Azules barrieron en su semifinal 3-0 a Sancti Spíritus, para tomar venganza de la derrota sufrida ante estos mismos rivales el pasado año, como ocurrió también entre Halcones y Búfalos, así que hubo revancha para todos.
Para la final, que comenzará este sábado por Santiago de Cuba, los de casa deberán hacer valer la localía en los dos primeros partidos, porque luego la final se trasladará a la sala polivalente Ramón Fonst para llegar a su conclusión los días 24, 25 y 27, en caso de hacer falta todos los encuentros.
Si bien los dos equipos completaron la etapa regular con la misma cantidad de victorias y derrotas, en el caso de los citadinos quitaron el pie del acelerador en las jornadas finales. Los dirigidos por Reinier Muñiz ya tenían el boleto seguro pese a terminar igualados, porque vencieron en los enfrentamientos particulares tres victorias por una.
Ese resultado quizá inclina la balanza hacia los de la capital cubana, pero si se juega como se hizo en aquellas primeras LSB habrá que derramar mucho sudor para levantar el trofeo.
Tomado de Cubasí
Sin embargo, luego que los Búfalos los pusieran contra la pared, los indómitos lograron reponerse y vencieron en los tres choques escenificados en la polivalente Alejandro Urgellés, todos con marcadores bastante cerrados.
Guiados por el incombustible Esteban Martínez, los santiagueros hicieron caso omiso de la maestría de los avileños, que ya sin Joan Luis Haití en cancha, ahora en funciones de entrenador como hizo antes Michael Guerra, no pudieron rematar la faena.
Lástima para esa generación que ya se va extinguiendo, pues todo parece indicar que William Granda y Vanier Reyes dejarán las zapatillas y quedaría como único veterano ilustre para venideras ediciones el base Yasser Rodríguez.
Por eso lo hecho por los indómitos cobra mucho mayor realce, pues ellos querían despedirse por todo lo alto y los Halcones se plantaron bonito para darse a respetar como lo que fueron, el segundo mejor conjunto de la LSB 2023.
Martínez es el único sobreviviente de la última vez que los suyos disputaron una corona, en el ya lejano 2004, y volverá a ser la bujía de los orientales en este tope ante Capitalinos, que se había apuntado con varios días de antelación a la fiesta definitiva.
Haciendo valer su condición de mejor quinteto de la temporada, los Azules barrieron en su semifinal 3-0 a Sancti Spíritus, para tomar venganza de la derrota sufrida ante estos mismos rivales el pasado año, como ocurrió también entre Halcones y Búfalos, así que hubo revancha para todos.
Para la final, que comenzará este sábado por Santiago de Cuba, los de casa deberán hacer valer la localía en los dos primeros partidos, porque luego la final se trasladará a la sala polivalente Ramón Fonst para llegar a su conclusión los días 24, 25 y 27, en caso de hacer falta todos los encuentros.
Si bien los dos equipos completaron la etapa regular con la misma cantidad de victorias y derrotas, en el caso de los citadinos quitaron el pie del acelerador en las jornadas finales. Los dirigidos por Reinier Muñiz ya tenían el boleto seguro pese a terminar igualados, porque vencieron en los enfrentamientos particulares tres victorias por una.
Ese resultado quizá inclina la balanza hacia los de la capital cubana, pero si se juega como se hizo en aquellas primeras LSB habrá que derramar mucho sudor para levantar el trofeo.
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