Por: David Hidalgo Illarramendi
Las organizaciones de masas y estudiantiles son las alas de la Revolución, ya que gracias a la labor realizada por estos gremios antes y después de 1959, Cuba ha conseguido ocupar un lugar en el mundo, realizar sus más importantes programas sociales y compartirlos con otros pueblos hermanos.
Si bien es cierto que el rol activo de varias de estas organizaciones se ha diluido en los últimos años a causa del debilitamiento de sus estructuras y otros factores, muchas campañas mediáticas realizadas contra Cuba se dedican a cuestionar la existencia y el rol de las aglutinadoras obreras, estudiantiles y sociales. Entonces cabe preguntarse ¿son realmente necesarias estas organizaciones en el contexto actual? ¿Es importante para los jóvenes vincularse a estas organizaciones?
En ese sentido, es indiscutible negar la importancia de estas en el surgimiento de la Revolución cubana, una obra que se gesta en las aulas de la Universidad, se incuba en los encuentros de la Federación Estudiantil Universitaria, en las acciones de la generación del Centenario, en la lucha contra la tiranía desde la Sierra Maestra hasta que eclosiona el 1ro de enero de 1959.
Son estos gremios los que han forjado grandes héroes y personalidades, donde se forman, crecen y brillan los nuevos Mella, nuevos Villena, que ponen en alto el nombre de nuestro país en la educación, la salud y cualquier otro donde se libre una batalla.
Teniendo en cuenta estos antecedentes históricos, gracias a las organizaciones de masas y estudiantiles el analfabetismo, la muerte de niños por enfermedades curables, la discriminación y la violación de los derechos de la mujer, entre otros muchos ejemplos, son solo malos recuerdos en la Historia de Cuba.
De igual modo, en las escuelas, los centros de trabajo y también en la comunidad, articulan y multiplican el esfuerzo de miles de jóvenes en aras de lograr resultados en el enfrentamiento a la Covid – 19 y el dengue, en el apoyo a los centros de enseñanza de la capital, en la producción de alimentos, e incluso en la defensa de la Patria.
De esta manera, las organizaciones estudiantiles juegan un importante papel en la Batalla de Ideas, y en el actual contexto, lideran el trabajo político e ideológico en las plataformas surgidas de las nuevas tecnologías informáticas y cada una de las transformaciones en los barrios vulnerables de la capital.
Asimismo, trabajan en la incorporación de la historia, la ciencia, el deporte, la cultura y la identidad nacional al proceso docente y educativo como fuente de formación de valores entre las nuevas generaciones de cubanos.
Por tanto, las organizaciones de masas y estudiantiles son un componente indispensable en la formación de las nuevas generaciones, ya que hacen de los jóvenes los verdaderos protagonistas de las más importantes tareas y procesos que tienen lugar en nuestro país.