Historias centroamericanas: mucha falta hacen estas citas regionales


Por Víctor Joaquín Ortega

Los Juegos Centroamericanos fueron inaugurados en Ciudad de México, el 29 de octubre de 1926. En Panamá 1938 le fue añadido "y del Caribe",  cuestión muy correcta. 

La lid no resolvería el problema del retraso de la región en la cultura física, pero ayudaría a levantar. 

La calidad en las diversas disciplinas estaban muy por debajo respecto con la conseguida por Estados Unidos, Canadá y Argentina, fundamentalmente,  por América;  Europa, Australia o naciones como Japón, Egipto, Sudáfrica… de mayor aporte a la gran fiesta olímpica en aquellos inicios.

En el atraso pesaba -y aún pesa- la realidad que se vive fuera de lo deportivo: tanta explotación, tanta maldad desde esos imperios que no se limitan a superarnos a costa nuestra en lo atlético. 

El rezago  se muestra con claridad al comparar las marcas de los ases del área con las de los vencedores de  los juegos cercanos a las fechas de la fundación de dicho torneo regional, en  el atletismo y la natación. Y no siempre hay que ir a los medallistas para observar la diferencia. 

Escojo los 100 metros planos y los 100 estilo libre para sintetizar una comparación de semejante resultado en las demás especialidades.

Ganadores la prueba reina en 1926, 1930, 1935 y 1938: el mexicano Mariano Aguilar con 11.1 segundos; los cubanos Alberto Torriente, (11,1) y Conrado Rodríguez (10.7) y el istmeño Jennings Blackett: con 10.4 hizo una "atletada" para su etapa en nuestra zona.  

Los triunfadores olímpicos: el inglés Harold Abrahams en París 1924 con 10.6, el canadiense Percy Williams  en 1928 (10.8), y de Estados Unidos Eddie Tolan y Jesse Owens, ambos con 10.3 en 1932 y el 1936.  

La jamaicana Nola Thorne, la uno en Panamá 1938 (12,6 segundos). En el clásico: Betty Robinson (Estados Unidos) con12.2 en 1928; la polaca Stanislawa Wallaseewicz, 11.9 en 1932 y Helen Stephen (USA) 11.5 en 1936.

Cuatro nadadores cubanos se impusieron en la prueba: Gonzalo Silverio, con 1: 07.8 minutos en México; Pablo la Rosa, 1: 01.4 en La Habana;  Luis Alcibar, 1:05.3 en San Salvador y Francisco Escobar, 1: 04.2 en Panamá 1938.  

En la magna cita: Johnny Weissmuller en París 1924 y Ámsterdam 1928 con 59 y 58,6 segundos; el nipón Yasuki Miyasaki, 58.2 y el húngaro Ferenc Csik, 57.6 en los X y XI Juegos. 

Sirenas doradas por América Central y el Caribe: las cubanas María Carlota Llanio y Olga Luque con 1:16 y 1:15.9 en 1935 y 1938. Vencedoras olímpicas en 1924, 1928, 1932 y 1936: Ethel Lackie (1:12.4), Albina Osipowich(1;11.00), Helene Madison (1:06.8) y Ris Mastenbrock (1:05.9)  las tres primeras de Estados Unidos y la restante de los Países Bajos, anteriormente Holanda. 

En la mayoría de los casos los deportistas de la zona no tenían óptimas condiciones para entrenar y hasta carecían de dinero para viajar a las competencias internacionales o foguearse, ni contaban con el apoyo gubernamental ni siquiera para representarlos correctamente. 

En medio de esta realidad, resalta aún más la grandeza de los esgrimistas cubanos Ramón Fonst (tres de oro y una de plata en  París 1900 y San Luis 1904), Manuel Dionisio Díaz (dos doradas en el concurso de la capital francesa) y Félix "Andarín" Carvajal, cuarto puesto en el maratón sanluiseño

 ¡Esa presea de plata del haitiano Silvio Cator en salto largo en 1928, y el tercer puesto de sus paisanos en fusil libre cuatro años antes! Agregue  el segundo lugar de Huet en fusil a 50 metros, el bronce de Cabalías entre los moscas en Los Ángeles y los cuartos escalones del gimnasta José Álvarez y de Villanueva en pistola a 25 metros, todos mexicanos.

Los centrocaribes ayudaron y ayudan como paliativo. El deporte debe ser para todos como proclamó Pierre de Coubertin

Solo con la clarinada dada por Cuba en el ámbito que fortaleció el desarrollo en América. Eso solo se logra si "El deporte es un derecho del pueblo", como debe ser la existencia entera. 

Latinoamérica sigue atrás en las citas olímpicas por esa falta de masividad y su subdesarrollo en general. En la actualidad, solo dos países americanos están entre los 20 de mayores conquistas en la historia del olimpismo: Estados Unidos, en el primer sitio, y Cuba en el 18.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente