Por: Sender Escobar
Londres aún conservaba en sus edificios el asedio constante de la aviación nazi. El 12 de agosto de 1948, culminaba en Inglaterra, las competiciones olímpicas luego de doce años sin celebrarse producto de la Segunda Guerra Mundial.
Los efectos de la guerra golpearon más allá de las edificaciones. Las carencias materiales y dificultades económicas bautizaron al evento como: ´´Los juegos de la austeridad´´ sin embargo paradójicamente, se rompía el record de naciones participantes en Olimpiadas, con 59.
Estos juegos pasarían a la historia no solo por lo significativo del reencuentro competitivo, también por ser los primeros en ser transmitidos en televisión gracias a la cadena informativa BBC.
El 29 de julio el Big Ben a las 16: 00 (hora local) en punto marcó la hora y el rey de Inglaterra Jorge VI, declaró oficialmente inaugurado el más grande evento multideportivo del mundo.
Cuba fue uno de los países que regresaba a las competencias estivales. Desde Los Ángeles 1932 la isla no participaba en Olimpiadas. La delegación cubana compuesta por 53 atletas, participó en doce deportes.
Las últimas medallas de Cuba en competiciones olímpicas databan de San Luis 1904 cuando el equipo de esgrima con Ramón Fonst al frente, consiguió 4 preseas de oro. Habían pasado 44 años sin que Cuba pudiese volver a subir a un podio.
Entre los representantes de la mayor de las Antillas se daba un caso curioso, padre e hijo competían en la modalidad de vela: Carlos de Cárdenas Cumel y Carlos de Cárdenas Plá.
En el Canal de la Mancha a 260 kilómetros de Londres, 186 participantes de 23 países iniciaron la competencia.
En la categoría Star, para dos personas, padre e hijo debían realizar un circuito de siete carreras. En la competencia se estrenaba un nuevo sistema para marcar, acorde a la posición y la cantidad de embarcaciones.
Al término de la navegación, dos parejas de padre e hijo alcanzarían las primeras posiciones. En primer lugar los estadounidenses Hilary Smart y Paul Smart y en segundo los cubanos en el yate Kurush III.
Carlos de Cárdenas Plá tenía solamente 16 años, por lo que se convirtió en el medallista olímpico más joven de la historia deportiva cubana.
La medalla alcanzada por los caribeños no sería casual. En la década de los 50 ambos ganarían en par de ocasiones el campeonato del mundo. Aunque no volverían a subir al podio olímpico, pues terminaron en cuarto lugar en la edición de Helsinki 1952.
Finalmente gracias a la medalla de plata de los Cárdenas, Cuba finalizó en el lugar 31 del medallero general.
Más allá de la austeridad y de las dificultades organizativas del evento, Londres 1948 fue el recomienzo de una tradición competitiva milenaria, que cada cuatro años hace de la llama nacida en las faldas del Monte Olimpo, una luz inextinguible.