Implante coclear: un derecho del niño cubano con discapacidad auditiva

Camila Cervantes Gispert, una jovencita de 18 años que fue lapaciente número 500 beneficiada por el Programa de implante coclear en Cuba. Foto: Ania González.

Por: Ania González Rodríguez

Cuba, en su constante preocupación por propiciar una mejor calidad de vida a sus habitantes, implementó el Programa de implante coclear en el esquema de atención médica, desde la década de 1990, consolidándolo en 2005, como resultado del desarrollo científico técnico y el trabajo de varias instituciones.

Este programa se considera uno de los logros del Sistema Nacional de Salud Pública, especialmente preciado por la familia cubana. 

Un ejemplo que la COCO reportó, en el contexto del aniversario 500 de la ciudad, fue el de Camila Cervantes Gispert, una jovencita de 18 años que el 25 de febrero de 2019, experimentó lo que para ella y su familia, ciudadanos de esta Isla, se volvió en una esperanza cierta: Camila fue la paciente número 500 en Cuba que recibió un implante coclear.

"Camila padecía de una sordera progresiva, usó prótesis auditiva desde pequeña lo que le posibilitó desarrollar lenguaje, pero el déficit auditivo se intensificó y las prótesis no fueron suficientes"; así explicó a esta reportera, la audióloga Sandra Bermejo Guerra, especialista en Otorrinolaringología del Hospital Pediátrico Borrás-Marfán.

La galena agregó que en su seguimiento, se definió que ya necesitaba la cirugía, la cual fue realizada en la mencionada institución asistencial. 

La doctora Bermejo indicó que esta operación se dedicó al Día Internacional del Implante Coclear y al aniversario 500 de La Habana.

El Programa de implante coclear no ha parado y es totalmente gratuito para los pacientes cubanos, pero costoso. En el destaca el estudio neurofisiológico y de plasticidad de los pacientes, así como el  recambio de  los dispositivos (cuyos costos mínimos ascienden a 16 mil euros), pues se trata de tecnologías que van complejizándose, y se actualizan constantemente.

Pero es que la salud de por sí en Cuba, en todas sus especialidades y sin distinción de personas, es un derecho universal y gratuito que disfrutamos.

Qué prueba mayor y más reciente que la atención y los resultados en favor de la salud y la vida que la proeza de la batalla contra la Covid-19, en este país con un saldo numeroso de vidas salvadas, más las que aún se están cuidando, al paso de miles de corazones, con el intelecto y el esfuerzo de los valientes, dentro y fuera de fronteras.

Los derechos humanos por la salud en Cuba, no son solo una esperanza sino una certeza irrefutable, que se demuestra todos los días con hechos.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente