Roberto Faz: una de las figuras más completas de la música cubana (+ Video)

Benny Moré (izquierda) junto a Roberto Faz (derecha). Foto: Granma.
Autor: Gilberto González García

Regla es un municipio habanero que tiene entre sus características el haber sido cuna de numerosos artistas de renombre, muchos de ellos en el ámbito musical.


Entre estos no pueden dejar de mencionarse a Antonio Arcaño, Juan Arrondo, Clara Morales Vicente y Mario Rodríguez Marrero, integrantes del dúo Clara y Mario; la compositora Tania Castellanos, Sergio Farías, Rita Montaner, Ignacio Villa (Bola de Nieve), y Coralia Fernández, por solo citar algunos.

El territorio capitalino igualmente vio nacer en su seno al cantante Roberto Faz el 18 de septiembre de 1914.

Su origen fue muy humilde, por lo que debió empeñarse en varios trabajos para ganar el diario sustento. Así, fue conductor de ómnibus y cantinero, pero cuando podía, andaba, guitarra en mano, por los bares de su pueblo como juglar moderno.

El son había irrumpido en La Habana con tremenda fuerza y se mezcló con el ambiente musical folclórico imperante en Regla y Guanabacoa, debido a la imponente fuerza de las religiones de origen africano y con la rumba y la conga, también derivados de las expresiones rítmicas traídas a Cuba por los esclavos.

Para ponerse a tono con la época, Faz se integró, en 1927, a un septeto infantil llamado Champán Sport, en el que tocaba la trompeta Félix Chapotín, quien, como se sabe, se convertiría en todo un icono de la música cubana y que le enseñara al cantante muchos de los “trucos” de la profesión, según relataría luego.

Roberto Faz veía en su padre algo así como un representante, pues, según relataba, este hacía todo tipo de gestiones para posicionarlo en el mundo del arte, a toda costa… y lo logró.

Faz, además de cantar, dominaba un gran número de instrumentos de percusión, lo que representaba un pasatiempo para los jóvenes de la época, mucho más en aquellas localidades en las que primaba la música de raíces africanas.

Ya en 1930 fue reclamado en varios septetos, como el Ultramar, que también estaba en manos de su padre, y en 1932 se profesionalizó como cantante en un cabaret llamado Hit.

Con ese entrenamiento llegó a cantar en la orquesta Habana, en 1938; en la Cosmopolita, y la Hermanos Palau, en el aristocrático cabaret Sans Souci, lo más relevante de la farándula de aquellos tiempos.


En 1939 llegó a ser artista exclusivo de la emisora CMQ que en aquel momento se encontraba en la céntrica confluencia del Paseo del Prado y la calzada de Monte.

Se presentó en 1941 en el cabaret del Hotel Nacional de Cuba con la orquesta de Osvaldo Estivil, en la cual cantó Tito Gómez, y en 1944 se encontraba nada menos que con Alberto Ruiz en el conjunto Kubavana, que actuaba en el cabaret Zombie Club de la calle Zulueta, entre Trocadero y Ánimas, el antiguo Edén Concert.

En 1944 llegó la gran oportunidad de su vida: el conjunto Casino, de Roberto Espí, con las voces de Rolito Reyes y Agustín Ribot; un ensemble que haría época en salones y sociedades cubanas.

Con esa agrupación llevó a escena boleros, guarachas y canciones que fueron éxitos como Quiéreme y verás y Realidad y fantasía, de Portillo de la Luz; y las guarachas A romper el coco, de Otilio Portal, y Que se corra la bola, de Alberto Ruiz.


Con el Casino viajó a Estados Unidos y América Latina. En 1948 grabaron para la RCA Víctor; dominaron la radio y la televisión. Se mantuvieron un tiempo en la marquesina del Hotel Saratoga y en Radio Cadena Habana, la emisora musical de Cuba.

Todo eso fue hasta el fin de año de 1955, en que el Casino tuvo cambios en su elenco. Roberto Faz organizó entonces su propio conjunto, con el cual debutó el 4 de febrero de 1956 en un baile espectacular en el Liceo de Regla.

En esa etapa viajaron a Cayo Hueso, Tampa y Panamá, mientras que en 1958 realizaron una gira por Centro y Sudamérica con un tremendo éxito.


Estuvieron una temporada, en 1957, en el cabaret Alí Bar, donde ya Benny Moré era el rey.
En 1966 el conjunto tomó un nuevo aire con nuevos ritmos y sonoridades; era la época del dengue y el mozambique, con los que el inigualable cantante y su grupo hicieron bailar a miles de personas en los carnavales habaneros, pero sin abandonar el bolero, que era su fuerte.

El 26 de abril de ese año falleció Faz, quien con su peculiar estilo interpretativo influyó en casi todos los boleristas de su tiempo y posteriores, como Orlando Vallejo y Fernando Álvarez, entre otros.

El musicólogo Helio Orovio lo definió como una de las figuras más completas y aglutinantes que ha conocido la música popular cubana.

Video de la canción Quiéreme y verás


Fuente: EcuRed

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