(Foto: realidadsm.com.ar) |
Autor: Javier Acosta Elejalde
El
egoísmo no debería ser la aguja magnética que guíe nuestra existencia ni la
cualidad que nos identifique.
Sin
embargo, son repetidos los momentos en que dimos de lado a alguien necesitado, negamos
el asiento a una mujer embarazada, o que nos importó más nuestra comodidad que
acudir en socorro de otra persona.
Precisamente,
en ocasiones como esas es cuando perdemos los valores que nos hacen humanos y
conferimos poder a la ley del más fuerte. Condición que, de prevalecer, lamentaremos
en el futuro ante una generación más joven.
Si
continuamos, tanto desde lo particular como en lo general, cultivando el
pensamiento de “lo mío primero”, la cosecha será la exclusión de cuantos posean
alguna condición limitante.
Recapacitemos
a tiempo sobre nuestras acciones, pues quienes posponen hoy estarán entre los perjudicados
mañana.