Cuba: Reencuentro con historias de fuego



Museo de los Bomberos, en La Habana. Foto: (www.visitarcuba.org)

Autora: Caridad Labrada Curbelo

Cuentan que las evidencias históricas de acciones de grupos de personas organizados contra incendios datan de la época de los romanos hace unos mil 650 años, como las pruebas más antiguas de lo que podemos comparar con un cuerpo de bomberos actual.



De la importancia de esta tradición humanista al servicio de la sociedad existe abundante información divulgada en varios países, y en Cuba adquiere mayor relevancia a partir del programa de exhibición permanente o transitorio del Museo de los Bomberos, ubicado en la calle Zulueta entre Ánimas y Neptuno, en La Habana Vieja, ciudad Patrimonio de la Humanidad desde 1982.  

El amplio portón abierto de par en par ofrece su bienvenida a quienes transitan por la cosmopolita urbe y desean conocer sobre el otrora Cuartel de Bomberos número dos, edificio inaugurado en 1909, con más de un siglo de historias de fuego y heroísmo, en el que también funcionó el Centro de Capacitación de La Habana para los jóvenes voluntarios en esa disciplina.

Desde exteriores se observa la figura a tamaño natural de una escultura de hombre cubierto con el uniforme que lo identifica a la noble tarea de rescate y salvamento, mientras en sus brazos un niño es protegido, como el mejor simbolismo utilizado por el artista plástico Nelson Laguna para honrar a los esforzados en ese oficio.

Tras varias funciones desde el triunfo de la Revolución Cubana, en la década de finales de los 90 la institución adopta la misión de preservar y divulgar el patrimonio de los bomberos de la República de Cuba como recinto expositivo, que da la bienvenida al público con la gratuidad de su servicio, favorecido por la atenta y profesional conducción de sus guías.

En la sala principal comienza el recorrido para observar con sorpresa la conservación de algunos de los carros bombas del siglo XIX y principios del XX, fotografías, extintores, uniformes de ceremonia, herramientas para casos de emergencias, medallas y distinciones de Cuba, así como de donaciones de sus similares del mundo, entre otros objetos significativos.

De particular interés por su antigüedad y excelente preservación el más avanzado de su época es el carro bomba Raimundo Cabrera del Comando de Güines, como técnica Merry Weather, importada de Londres, Inglaterra, en 1894 y curiosidad confirmada por haber sido de tracción animal, mientras otras eran carretillas manipuladas por humanos. 

El altruismo confirmado en imágenes y posters que hablan –por ejemplo-  de las víctimas del incendio en la ferretería de Isasi, en la noche del sábado 17 de mayo de 1890 en las cercanías de Mercaderes y Lamparilla, corroboran la intrepidez de quienes fueron víctimas de una explosión que le cegó la vida a 39 personas, y entre estas 26 bomberos.

Razones suficientes para acceder a uno de los sitios especialmente atractivos de La Habana, por donde anualmente desfilan más de cinco mil personas interesadas en el tema, fundamentalmente de España, Francia, Estados Unidos, Canadá, México, Argentina y Venezuela, según precisó Ana Celia Pérez Rubio, directora del Museo de los Bomberos de la República de Cuba.

Actualmente la exposición transitoria Honor a quien honor merece, con una muestra de medallas, fotografías y pitones de bomberos, se adhiere a la Semana Nacional de Protección contra Incendios y conmemora además el  aniversario 320 de la primera formación de bomberos en Cuba y la trigésima celebración de la Asociación de Bomberos Voluntarios de la isla caribeña.

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