Más vale precaver que tener que lamentar


Foto: Cubanora

Autora: Caridad Labrada Curbelo

Joven, tú que te mueves por la ciudad y conoces los inconvenientes de estar distraído mientras atraviesas las avenidas y vías más transitadas, recuerda: ¡Más vale precaver que tener que lamentar!


En múltiples ocasiones los accidentes de tránsito se producen por no atender las luces del semáforo, cruzar indebidamente sin observar las señales regulatorias, mientras la música y las imágenes de los equipos electrónicos ocupan el lugar de atención que debería estar dominado por el deseo de preservar la vida.

El llamado de atención en esta ocasión va dirigido a la generación de jóvenes que en su diario caminar, de paso por La Habana y otras ciudades de Cuba, les resulta poco interesante tomar conciencia del aumento real de los accidentes de tránsito que, en la mayoría de los casos, pudiera prevenirse.

Pero, además, frente al dinamismo de una sociedad cada vez más moderna es necesaria la percepción de riesgo para evitar moverse a exceso de velocidad, sobre todo si es encima de bicicletas, motos o vehículos automotores en los cuales el chofer debe estar atento a las señalizaciones, así como los peatones al atravesar la vía, y de esta forma prevenir los accidentes del tránsito en la isla.

Si tenemos en cuenta los estudios realizados por los especialistas de Seguridad Vial, tanto choferes como transeúntes deben evitar los apresuramientos, pues el efecto visual disminuye de 40 grados a un número menor, cuando el desplazamiento realizado por un vehículo comienza a exceder a los 100 kilómetros por hora.

Según los expertos, aquellos profesionales del timón que prefieren aumentar la velocidad en el desempeño de sus habilidades sistemáticas, solo experimentan una engañosa sensación de seguridad, no exenta de accidentes.

Prevenir el desenlace fatal que implica un alto índice de fallecidos, lesionados y personas incapacitadas de por vida, es tarea de todos y más aún para la joven  generación de hoy, cambiar la manera de pensar respecto a persuadirse del valor de la vida y apoyar con hechos la legislación vigente en materia de Seguridad Vial. 

Atentos y persuadidos del deber ciudadano, el empleo de medios de protección y el respeto al Código de Vialidad y Tránsito, puede ser el mejor modo de respaldar el derecho de todos a preservar la vida, porque más vale prevenir que tener que lamentar.

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